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domingo, 31 de julio de 2011

VACANCES!

siento mucho deciros, pero tanto para uno como para otros todavia nos keda verano y no podre seguir escribiendo hasta que acaben las vacaciones. periodo de descanso. espero que las disfruteis! nos vemos prontos bloggeros! y gracias por vuesro apollo y comentarios que me acen seguir escribiendo!

lunes, 18 de julio de 2011

6º CAPITULO CAZADORA

LIZZ
Sonó la campana. Recogí mis libros apilándolos uno a uno. Se me callo el bolígrafo y al ir a recogerlo me roce la muñeca con la pata del pupitre haciendo que la herida me escociese el triple.
-joder-masculle entre dientes subiendo la manga de la chaqueta con fuerza-esto me pasa por tonta
Deje los libros en el pupitre y empecé a meterlos poco a poco en la mochila intentando no hacerme daño. Al levantar la mirada vi que era la única en la clase a excepción de Dylan que estaba apoyado contra el marco de la puerta
 Pase a su lado ignorándole.
 -Lizz espera-me agarro ligeramente del hombro. Me gire para mirarle. Se quedo parado sin decir nada.
-pues nada- me di la vuelta y seguí andando
-no, Lizz, por favor espera-corrió para alcanzarme. Se coloco delante haciendo que me chocara ligeramente con él. No se rió ni tampoco yo.- dios mío Lizz, lo siento tanto. Te juro que no sabia que decía. Estaba enfadado por… por… bueno no importa. Pero nunca quise hacerte daño, te lo juro… nose como hacer para que me perdones
-no te preocupes- le esquivé
- fui un idiota diciéndote eso- se puso a andar a mi lado, aminoró el paso para seguir mi ritmo.-y quiero que sepas que no es verdad, lo que dije, dije lo primero que se me pasó por la cabeza y lo último que quería era hacerte daño.
Me cogió de la mano, haciendo que parara en medio del pasillo. Me miró a los ojos, sus ojos verdes.
-¿me perdonas?-mire nuestras manos. Sus manos envolvían las mías con mucho cuidado. Las yemas de sus dedos que estaban manchados de rojo
-¡OH!-exclame
El siguió mi mirada. La herida se me había abierto entre tanto golpe. Al principio era una línea fina que recorría mi muñeca derecha. Ahora esa herida sangraba ligeramente y me escocía más.
-madre mía, ven, vamos a la enfermería

La enfermera era una chica joven de pelo rubio ceniza agarrado en un moño alto a la cabeza. Tenía los ojos color avellana y las mejillas estaban ligeramente sonrosadas, Llevaba el típico camisón de enfermera de hospital.
La enfermería era una habitación de paredes amarillas claros con cuatro camillas dispuestas en orden por toda la habitación. A cada lado de la camilla había una mesilla metálica con una lámpara y al frente de estas una enorme mesa con todo tipo de utensilios, cajas y botes
Me hizo sentarme en una camilla. Dylan se sentó en la camilla de al lado mirando como la enfermera iba de un lado a otro llevando cosas en la mano y dejándolas en la mesilla.
-¿Qué te ha pasado señorita?-pregunto la enfermera mientras examinaba mi herida
-pues la verdad es que- empezó a decir Dylan
-me enganche con las riendas del caballo en clase de equitacion… y entre tanto golpe se ha empeorado- dios mío que tontería acababa de decir. Seré tonta… mire al suelo sin saber que mas decir. Note que Dylan me miraba. Le vi de reojo que se acomodaba incomodo en la camilla.
-ah…- susurro la enfermera. No se lo había creído, pero que me importaba. Así, no preguntaría más
Me limpio y desinfecto la herida. Cuando la enfermera me vendaba la herida para evitar más golpes o roces, le mire. Me estaba mirando directamente a los ojos, no sonreía como hacia siempre. Estaba serio y angustiado. No aparte la mirada.
-Elizabeth Collingwood- contesto Dylan. Al parecer la enfermera me había preguntado algo y no la había escuchado. Agarraba un blog en una mano y un bolígrafo azul en la otra
-muy bien Elizabeth. Ten mas cuidado la próxima vez- me levanté y Salí por la puerta seguida de Dylan
Cuando llegamos a la puerta de mi habitación me gire. Él seguía allí
-todavía no me has dicho si me perdonas-miró mi mano vendada.
A mitad del pasillo había un grupo de chicas de un par de años menos que cuchicheaban y reían en voz alta mirando y señalándonos.
“inmaduras”-pensé
-¿me perdonas?-me cogió por la barbilla e hizo que le mirara. Las chicas del pasillo rieron más fuerte
-¿Dylan Pershall pidiendo disculpas?-Kimberly apareció a su lado. Gruñí por lo bajo. Le agarró por el brazo- no pierdas el tiempo
Tiró de él y se alejaron por el pasillo. Dylan Se giró. Buscaba mi repuesta. Asentí con una sonrisa
-¿damos un paseo por fuera?- Kimberly dio un tiron y se alejaron
-zorra-susurre
Las chicas rieron aun más alto. Habían escuchado todo.
Me metí en mi habitación dando un portazo
                 
Me levante al siete menos cuarto de la mañana. Perfecto, llegaba a tiempo. Me vestí con el primer chándal que vi en el armario y baje por las escaleras pensando en el sueño que había tenido esa noche.
Al salir por la entrada me choqué con alguien.
-¡Ben! Que susto- había estado tan embobada que no me había dado cuenta que me había chocado con Benjamin.
-buenos días-sonrió tímidamente. Empezamos a andar como hacíamos cuando queríamos hablar, supongo que esa mañana no íbamos a correr.- nunca me habías llamado Ben...
Me pilló desprevenida
-ya, lo siento, Benjamin
-siempre disculpándote-andaba a paso firme con las manos agarradas detrás de la espalda y con los hombros estirados. Note que me miraba de arriba a abajo durante unos segundos- se te ve mala cara, ¿te encuentras bien?
Me había pasado el cepillo por el pelo y me había lavado a cara, aunque no me había mirado en el espejo
-si, si no te preocupes. Esque hoy he tenido una mala noche
-¿un mal sueño?-preguntó leyéndome el pensamiento
-si…-susurré. Podría contárselo. ¿Qué mas daba? Aunque en esos momentos hablar sobre la muerte de mis padres era lo ultimo de lo que quería hablar.- he tenido una pesadilla con el accidente donde murieron mis padres
-¡OH!-exclamo. Bajó la mirada mirando a sus deportivas. Me hizo reír
Me miró arqueando las cejas
-siempre sabes cuando quiero o no hablar sobre algo-explique
-ya, supongo que a mi tampoco me gustaría hablar sobre eso-sonreía aun mirando hacia abajo- ¿por eso estas aquí?
Asentí
-¿y tu?
-bueno, a decir verdad, me echaron de mi anterior colegio- dijo en un susurro
-¿es una broma?-pregunte agarrándole de la manga de su camiseta
-no, para nada.-me miró- suspendía siempre, no estudiaba nada, me escapaba de clases y me metía en muchas peleas. Mis padres decidieron enviarme aquí hace tres años y al año siguiente vino mi hermana
-pero Kimberly y tu estáis en la misma clase, entonces sois…
-¿mellizos? No. Soy un año mayor que ella, solo que repetí curso-suspiro y continuó con la historia- fue una de las cosas que mas me arrepiento. Al principio, el primer año que vine, me escapé tres veces por la noche, para reunirme con mis amigos, pero me pillaban antes de coger el primer autobús. Al principio esto me parecía una cárcel, un infierno pero poco a poco me fui dando cuenta que no era el colegio, si no que era yo. Fui un estúpido y me arrepiento. Me apunté al equipo de futbol. Hasta ese momento no me di cuenta de  que era bueno con la pelota. Empecé a estudiar y a dejar de pensar en lo que era antes. A veces me consuela el pensar que fueron ellos, mis amigos, los que me cambiaron aunque hay veces que pienso que si les volveira a ver, volvería a cambiar, volvería a ser el de antes, y nose, creo que no quiero- Me miró y se puso a reír- estas con la boca abierta
-eh… perdón- cerré la boca al instante- esque, nose, es raro, pensar en como…
-¿en como era antes?-siguió la frase- ya. Parece una especie de chiste sin gracia-sonó la campana-hora de ir a clases
Hicimos el camino de vuelta en silencio
-Ben-paré antes de subir por las escaleras de la entrada- ¿lo sabe alguien  más?
Se agachó un momento. Al levantarse tenía algo en la mano. Una pequeña margarita entre los dedos. Me tendió la mano
-de aquí-dijo mientras que le cogía la margarita- sólo tu.

martes, 5 de julio de 2011

5º CAPITULO CAZADORA

Mientras que yo vaciaba todos los cajones del escritorio, Abie sacaba la ropa y buscaba por el armario
-¿Dónde se puede haber metido un maldito móvil?-chille a alguien invisible
-¿lo sacaste de la habitación?-pregunto Abie angustiada mientras miraba por dentro de cada zapato
-no Abie. En ningún momento. Estoy seguro. Alguien me lo ha tenido que quitar.
-nose Lizz. En este colegio nunca nadie ha robado nada. Vamos, o no ha habido ninguna acusación de robo. Además no tenemos pruebas de que te lo hayan  robado…
-¿te parece poco que no este en el sitio donde lo deje esta mañana?-pregunte irritada
-no me hables así por favor. Yo no te he robado el móvil…-bajo la mirada
-tienes razón Abie, lo siento. Vamos a cenar.

-¿Ben te soplo el examen?-Christy estaba sentada junto a Alex que tenia el brazo sobre los hombros de ella. Abie estaba sentada a mi lado. Y como hace unas cuantas horas, desde el examen, a Dylan no se le veía el pelo.
-¿Ben?-pregunte asintiendo a su pregunta
-claro, Ben, Benjamin. Todo el mundo le llama Ben, Lizz
-ah-conseguí decir- pues no me gusta
-Umm… a mi no me dice nada. Ni siquiera me saluda.-dijo Abie con un suspiro
-es guapo…-declaro Christy pensativa. Alex carraspeo. Christy coloco su mano sobre la de Alex y le susurro algo al oído dándole unas palmaditas en la mano.
-¿Dónde esta Dylan?- pregunte apartando la mirada
-yo no le he visto desde…-empezó a decir Abie
-ahí esta-Alex hizo un movimiento de cabeza que hizo que Abie y yo nos girásemos y mirásemos hacia la puerta del comedor.
Kimberly esta apoyada en una de las paredes de la entrada con Dylan apoyado sobre una mano en la pared, delante de ella. Los dos se reían y se susurraban cosas al oído. Mire hacia otro lado.
Mire a la mesa de Benjamin. Estaba sentado con todos los chicos del equipo de futbol chillando y riéndose. Se levantaron y al salir por la puerta, como si supiera que le estaba mirando, me devolvió la mirada sonriendo antes de que una chica alta y de pelo negro le cogiera del brazo y atravesaran la puerta. Suspiré sin pensarlo.
-juega al futbol Lizz, siempre esta rodeado de chicas- susurro Christy sacándome de mi sueño
-Christy, ¿sabes si a entrado alguien en nuestro cuarto?-pregunte cambiando de tema
-no, ¿Por qué?
-creo que alguien me ha robado el móvil-
Alex se atragantó con el zumo que estaba bebiendo en esos momentos.
-ahora vengo-se levantó, agarró el brazo de Dylan apartándole de Kimberly y salieron fuera del comedor.

Abie se excusó de dolor de cabeza mientras nos dirigíamos a la parte delantera del colegio. Cuando pasamos por el patio interior, alguien me llamo
-Lizz-me gire hacia la voz. Era Dylan.-ven
-¿ahora me hablas?- me mantuve donde estaba hasta que Christy me cogió por el codo y me llevo hasta donde estaban Dylan y Alex.
Alex estaba sentado en una rama comiendo una manzana, mientras que Dylan, se apoyaba contra el hombro del manzano dando vueltas en las manos a un objeto. Me lo lanzó.
Lo cogi apunto de chocarse contra el suelo y por poco, darme de bruces contra el cemento
-pero que… ¿Qué haces tu con mi móvil?- me acerque a él enfadada. se estaba riendo
-quería ver si…
Le interrumpí antes de que pudiera continuar con la frase
-¡que mas me da para que lo querías! No puedes venir y coger mi móvil así como así-Alex rió. Le mire-¿Qué te hace tanta gracia?
-te sorprendería de lo que es capaz de hacer.-contestó con una sonrisa
-déjala Alex, es una pobre niñita engreída, que se cree que le cae bien a todo el mundo y que va haciendo que los demás giren en torno a ella como ella quiere que lo hagan, incluso hace que le soplen los examnes.-era Dylan. Imposible, no puede haber dicho eso, no él.-no me pongas esa cara de asco, Lizz-continuó. Estaba siendo cruel. Apreté las brazos contra los costadas apretando los puños lo mas fuerte que podía- todos sabemos que te gusta llamar la atención
Esa última frase fue la gota que colmó el vaso. Me acerque tanto como pude a él, levante la mano, pero él fue mas rápido y antes de que pudiera darle un tortazo, me había agarrado la mano por la muñeca retorciéndomela para colocarme el brazo entero tras la espalda. Le notaba detrás de mí. Notaba su aliento cuando se acerco a mi oído y me susurro muy bajo:
-hay que reconocer que eres valiente
-si y también tengo cerebro, a diferencia de ti-levante el pie y le asesté el pisotón mas fuerte que había dado en mi vida. Le pillé desprevenido. Empezó a maldecir y la presión de la muñeca disminuyó. Me agarraban otras manos. Mire a Christy pero esta miraba detrás de mi a algo que yo no podía ver.
-será mejor que os vayáis-mire atrás y vi a Alex y detrás de él a Dylan dando saltitos y maldición como un tonto. Me hizo reír y ni siquiera me moleste en comprobar si Dylan me miraba o no, cuando Alex me soltó.
Cogi a Christy por el brazo y cruzados el patio en unos segundos
-¿Cómo se te ocurre decirla algo así Dylan?- Alex estaba de espaldas mirando a Dylan
-¡Alex! ¡Me ha pisado!-dijo este en su defensa
- pareces un niño pequeño y además…- y nos alejamos sin escuchar mas

-¿estas bien?-preguntó Christy andando por el prado. Me mire la muñeca, allí donde me había agarrado Dylan. Tenia una línea roja que me recorría toda la muñeca donde sus dedos habían echo fuerza. Me escocia. Tiré de la manga de mi chaqueta para que no la pudiera ver Christy
-si, tranquila-vimos a Alex venir corriendo hacia nosotras.
-Lizz, Lizz-respiró hondo y siguió- lo siento, lo siento por mi hermano. Hay veces que no piensa lo que dice y...
-no te preocupes Alex estoy bien-le vi como agarraba la mano de Christy- creo que me voy al cuarto, nos vemos en clase dentro de un rato
Nada más meterme en el cuarto me tumbe en la cama. Quedaba media hora para que empezaran las clases. Quizá podría dormir un rato y tranquilizarme
Me levante. Madre mía. Las clases habían empezado hace cinco minutos.
Salí corriendo por el pasillo de las habitaciones de las chicas, bajando las escaleras de tres en tres y derrapando por las esquinas pasando por delante del comedor. Abrí la puerta de golpe justo en el momento en que el profesor Brown se estaba sentando en su silla.
-¿con prisas señorita Collingwood?
-siento el retraso, me distraje y no escuche la campana. No volverá a ocurrir.- me senté junto a Dylan.
Me había recorrido el camino de la habitación a la clase en un minuto. Me subí las mangas de la chaqueta hasta los codos justo en el momento en que Dylan miraba mi muñeca herida. Iba a bajar la manga justo cuando Dylan agarró mi muñeca con su mano. Vi como me miraba. Le devolví la mirada, tenia los ojos de un color verde fuerte. Me miraba con ojos suplicantes ¿me pedía perdón? Cerré los ojos con fuerza cuando él me pasó con delicadeza su dedo índice por la herida. Cuando abrí los ojos, vi que Kimberly me estaba mirando con cara de pocos amigos. Aparte la mano de la de Dylan y me baje la manga de la chaqueta.
En la última hora de clase me llego una carta de Benjamin.
“¿mañana por la mañana vuelves a desafiar a tu despertador?” me preguntaba.
Agarre el bolígrafo que tenía Dylan dando vueltas por los dedos y escribí:
“si me das una buena razón puede que si” cuando se la pase vi como sonreía
“ven a correr conmigo a las 7 A.m.” contestó
“OK. A las 7 en el árbol de la entrada” no obtuve respuesta